Un bloc de notas lleno de garabatos, aparentemente sin ton ni son, es el gran aliado del intérprete de conferencias.

La toma de notas es una herramienta indispensable en la interpretación consecutiva, mientras que en la simultánea apenas se utiliza.

La toma de notas consiste en apuntar una serie de claves semánticas de un discurso para poder sintetizar y luego reproducirlo en otro idioma. Cada intérprete tiene su técnica, no es un procedimiento estandarizado, como la taquigrafía. Algunos usan más símbolos y lenguaje gráfico, otros más palabras o abreviaciones.

Aunque parezca sencillo, no es nada fácil encontrar un estilo de toma de notas eficiente. A mí me costó varios años.

Lo esencial es poder entender tus propias notas. Las notas se toman muy deprisa y aunque en el momento de apuntarlas, su significado parece obvio, unos minutos más tarde, a la hora de descifrarlo, ya no lo es. Y aquí empiezan los problemas…

¿Cómo elaborar una buena técnica? Probando, probando y volviendo a probar. La práctica hace al maestro.

Cada intérprete tendrá su experiencia. La mía es que durante los estudios de interpretación y los primeros años de mi carrera profesional, solía utilizar muchos símbolos que me había inventado para distintos conceptos. Aunque mis símbolos me encantaban, no me resultaban nada prácticos; más que ayudarme, me desconcentraban. Así que los fui eliminando, para quedarme solo con unos pocos, combinados con palabras clave y abreviaciones. Fue un proceso intuitivo y largo en el tiempo. Poco a poco, sin darme cuenta, empecé a tomar notas realmente fiables, claras y comprensibles para mí.

En pleno siglo XXI, la era de la tecnología galopante, todavía lo primero que me llevo a cualquier trabajo de interpretación son unos cuantos blocs de notas y un par de buenos bolígrafos.

Kasia Con Libretas